top of page

Los peligros de estar ocupado y el arte de hacer progresos

¿Sabes por qué publicas en LinkedIn?

Es una pregunta genuina. Puede parecer básica, pero revela algo esencial sobre cómo funcionamos. A menudo confundimos acción con impacto. Publicar, comentar, actualizar: estas son acciones. Pero, ¿te están acercando a tus objetivos?

Esta confusión es común y está profundamente arraigada. Vivimos en una cultura que celebra la actividad. Nos sentimos realizados cuando tachamos tareas de nuestra lista. Nos produce una recompensa psicológica: sentimos que somos productivos, que estamos avanzando. Pero hay una trampa. Esa sensación puede ser engañosa.

Lo mismo sucede con la promoción de nuestra marca personal. Muchos profesionales publican contenido con regularidad, asisten a todos los eventos de networking, siguen las modas del momento, y aún así no ven resultados. ¿Por qué? Porque la actividad sin alineación estratégica no es más que ruido.

La falsa comodidad de estar ocupado

Hay una razón psicológica por la que caemos en esta trampa. La acción nos da sensación de control. Nos tranquiliza. Ante la incertidumbre, hacer algo parece mejor que no hacer nada. Y cada tarea completada se convierte en una pequeña señal para nuestro cerebro de que estamos avanzando.

Es una ilusión reconfortante. Pero una ilusión al fin y al cabo.

En realidad, la promoción no se trata de hacer más, sino de hacer lo correcto. Eso significa:

  • elegir plataformas que importan para tu audiencia

  • construir relaciones que hagan avanzar tu agenda

  • compartir contenido que refuerce tu posicionamiento

  • trabajar en ideas que generen capital simbólico, no solo impresiones

El impacto no es un accidente

No puedes permitirte confundir esfuerzo con resultado. Visibilidad no es influencia. Actividad no es tracción. Estar presente no es lo mismo que ser recordado.

Esto es especialmente cierto en el contexto de la marca personal. La verdadera medida del progreso no es cuán frecuentemente apareces, sino qué ocurre cuando lo haces:

  • ¿Las personas te asocian con un valor claro?

  • ¿Tus acciones hacen que otros quieran conectar, recomendarte o colaborar contigo?

  • ¿Se menciona tu nombre cuando realmente importa?

Estas son las señales del impacto. Surgen de la coherencia y del enfoque, no del ruido.

Una plantilla para la acción estratégica

Por eso desarrollé un modelo de promoción de marca personal que es sistémico, no táctico. Se basa en cuatro pilares:

  1. Atracción: ser interesante antes que intentar ser visible. ¿Qué reputación estás construyendo? ¿Por qué debería prestarte atención tu público?

  2. Alcance: ¿A quién necesitas realmente llegar? ¿Estás siendo proactivo para iniciar las conversaciones correctas?

  3. Redes: ¿Estás cultivando relaciones que generen oportunidades, apoyo o visibilidad?

  4. Influencia: ¿Estás poniendo ideas en circulación que te posicionen como referente? ¿Estás marcando la agenda? ¿Estás nutriendo el boca a boca?

Cada acción que tomes debería contribuir a una o más de estas dimensiones. De lo contrario, corres el riesgo de malgastar tiempo y energía sin avanzar. Este modelo te ayuda a hacer mejores preguntas y a alinear tu comportamiento con tus objetivos.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

コメント


bottom of page