Cualquiera que se comprometa a construir una marca personal sólida invierte una cantidad significativa de tiempo en crear contenido diseñado para informar, inspirar y generar engagement. LinkedIn está lleno de esfuerzos impresionantes por fomentar conexiones y compartir conocimientos valiosos. Pero si el objetivo es establecer una verdadera autoridad, la creación de contenido por sí sola no es suficiente. La construcción de mitos es la base de una marca personal impactante.
Comunicar no se trata solo de producir contenido; se trata, sobre todo, de construir mitos. Los mitos no son invenciones; son estructuras que dan significado y moldean la forma en que las personas perciben y se relacionan con una marca personal. No me refiero a leyendas antiguas o historias lejanas. Los mitos están presentes en nuestra vida cotidiana: cada vez que presenciamos una imagen o un evento que transmite algo profundo sobre las personas involucradas. Acompáñame en un poco de teoría y luego te daré ejemplos prácticos para su aplicación diaria.
Como explicó Roland Barthes, los mitos funcionan como signos de segundo orden, tomando un significante preexistente y asociándole un significado más profundo y ampliamente compartido. Un significante es la forma física o la imagen—lo que vemos, escuchamos o leemos—mientras que el significado es el concepto o idea que la sociedad (nosotros) le atribuimos. En el contexto de la marca personal, un significante puede ser un fundador de startup subiendo al escenario en un evento importante, un entrenador personal guiando a un atleta de élite o tú recibiendo reconocimiento de una figura consolidada en tu sector. El significado, sin embargo, es la interpretación más profunda que estas imágenes transmiten a la audiencia.
Para el fundador de la startup, el significado es la innovación y el liderazgo visionario: no solo presenta una idea, sino que se convierte en un símbolo del progreso tecnológico y el futuro de su industria. Para el entrenador personal, el significado es la maestría y la preparación de alto nivel: no es solo un instructor, sino el experto que moldea campeones. Para ti, recibir reconocimiento de una figura consolidada significa validación y legitimidad: no es solo un gesto de aprobación, sino una incorporación a una red de autoridad y confianza. Estos significantes, cuando se enmarcan estratégicamente, crean mitos que posicionan a las personas en el imaginario colectivo de una forma que trasciende sus acciones individuales. Cuando se integran estratégicamente en la marca personal, los mitos elevan la percepción, incrustando a los individuos en el imaginario colectivo de formas que van más allá de sus logros inmediatos.
Es importante señalar que el significado de los signos no es estático, sino que está determinado por el contexto en el que se interpretan. La construcción de mitos es un proceso de co-creación: mientras nosotros proponemos el significante—la imagen, acción o evento que representa nuestra marca—la audiencia interpreta su significado a través de la cultura, las tendencias y sus propias experiencias. Una marca personal, por tanto, no es solo un conjunto de logros; es un conjunto de símbolos que adquieren significado en la mirada pública cuando las personas buscan referentes para entender quiénes somos y qué representamos. Sin la interpretación del público, el significante queda incompleto; su poder solo emerge cuando resuena dentro del marco cultural y social más amplio.
Veamos tres ejemplos que ilustran cómo un acto público se convierte en mito, generando una asociación duradera entre el individuo y los valores que encarna.
1. El fundador de startup en el MWC Barcelona
Un fundador de startup sube al escenario en el Mobile World Congress en Barcelona, hablando apasionadamente sobre el futuro de la IA en la salud. La imagen es impactante: una figura solitaria en un gran escenario, presentando una idea que podría cambiar el mundo.
Significante: Un individuo dinámico y seguro frente a una audiencia cautivada, posicionado como un líder de pensamiento.
Significado: Innovación, disrupción y liderazgo visionario. El fundador no solo presenta una idea; se convierte en un símbolo del progreso tecnológico y del futuro de la industria.
Mito creado: El arquetipo del visionario tecnológico, similar a Steve Jobs presentando el iPhone, donde la persona encarna la idea de la transformación revolucionaria.
2. El entrenador personal y la estrella deportiva admirada
Un entrenador personal es visto guiando a un atleta de renombre, refinando su técnica y llevándolo a superar sus límites. Una foto casual captura el momento: el entrenador ofreciendo indicaciones mientras el atleta, empapado en sudor, escucha atentamente.
Significante: Un experto de confianza involucrado en el proceso de llevar a un deportista de élite al siguiente nivel.
Significado: Maestría, credibilidad y entrenamiento de alto nivel. El entrenador personal no es solo un instructor de fitness, sino un mentor que moldea campeones.
Mito creado: El arquitecto de la excelencia, al estilo de Phil Jackson guiando a Michael Jordan, donde la reputación del entrenador se vuelve inseparable de la grandeza de sus clientes.
3. El artista visitado por un maestro consagrado
Un artista emergente recibe la visita de una figura reconocida en el mundo del arte. El encuentro es fotografiado: el maestro observa un lienzo y asiente con aprobación. La imagen se difunde, generando especulación e interés.
Significante: Un momento de reconocimiento, donde una autoridad valida el talento emergente.
Significado: Validación, legitimidad artística y el traspaso del testigo. El joven artista ya no es solo un nombre emergente, sino que ahora forma parte de un linaje.
Mito creado: El sucesor ungido, como Basquiat siendo apadrinado por Warhol, donde el reconocimiento de un ícono consolida la posición del artista en la historia.
Más allá del contenido: la construcción de significado
En cada uno de estos casos, la imagen por sí sola no es la marca. Es el proceso de construcción del mito—la asignación de significado a estas imágenes por parte del público—lo que define la percepción de la marca. Los mitos funcionan porque resuenan con narrativas colectivas ya presentes en la cultura. Un fundador de startup evoca las epopeyas del mundo empresarial, el entrenador personal refleja el arquetipo del maestro guiando al aprendiz y el encuentro del joven artista con un maestro encarna la transmisión de sabiduría de una generación a otra.
Para construir una marca personal sólida, es necesario crear conscientemente estos momentos, asegurándose de que sean capturados, enmarcados e interpretados dentro del contexto adecuado. Una gran marca personal no se trata de producir contenido por producir, sino de orquestar mitos que anclen la identidad de una persona en el imaginario colectivo.
Porque, al final, las historias que contamos sobre nosotros mismos importan, pero los mitos que los demás construyen sobre nosotros perduran.
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